
Aisha Jouali
«Mi experiencia con la mano Be Bionic empezó con mucha ilusión. No me costó mucho tiempo cogerle el truco (el primer día ya conseguía alguna cosita). Los primeros días practicaba en la ortopedia. Una vez que cogí lo básico, comencé a utilizarla para las cosas más cotidianas (coger un vaso, sujetar el cepillo de dientes, coger cubiertos…)
He tenido muchos momentos de frustración ya que a veces me costaba aprender y me entraban ganas de rendirme, pero aprendí.
Cada vez tenía más curiosidad por saber qué más podría hacer con la prótesis y mejoró muchísimo mi calidad de vida. Me hace sentir segura, gracias a su versatilidad.
Tiene un agarre preciso gracias a sus finos dedos. Puedo agarrar objetos pequeños como tarjetas, cordones, monedas, tapones…
Los movimientos los puedo elegir en función de mis necesidades. Son rápidos, precisos y puedo controlar la velocidad, eso hace que sea mucho más fácil su manejo, que sea más intuitiva y la siento más ‘’mía’’.
Estéticamente me siento muy cómoda ya que es fina y pequeña, acorde a mi físico.
Hoy en día hago vida normal, tengo muy claro que no es mi mano dominante, pero es la que me ayuda en el día a día.
Vivo sola, hago TODAS las necesidades básicas e instrumentales de la vida diaria con la prótesis y puedo decir con total seguridad que sin ella me costaba el doble y que la calidad de vida que tengo ahora era impensable.
Gracias a David y a todo el equipo por persistir en todo el proceso de adaptación ya que sin ellos no sé si lo habría conseguido. Cada persona es un mundo y en mis momentos de debilidad me hacían ver lo fuerte que era, y que soy.»
